viernes, 19 de julio de 2013

Cap 1: Dignidad

Fueron tantos que ya perdí la cuenta… Tomas, Raul, Nicolas, Agustin, Franco, Martin, Alfredo, Benicio. Mi vida fue complicada desde que nací, ya que mi papa no se presento ese 10 de octubre de hace 19 años atrás. A veces creo que ni siquiera estuvo el día en que me hicieron, claro que eso es físicamente imposible. Pero yo lo siento así. Ninguno duraba mas de 3 meses los que mas duración tuvieron fueron Benicio que duro 1 año y Agustin que duro 9 meses. Siempre había dicho que el espacio y el respeto mutuo en una pareja eran esenciales, pero al parecer ellos se lo habían tomado muy enserio.
El ultimo que había aparecido lo había conocido en la semana de la vendimia en Mendoza, empresario, facturaba mucho, lindo, buen cuerpo y lo más importante, según había escuchado, que le importaba a  una mujer, con mucha plata. Para mi no era tan esencial, pero si era importante.
En eso consistía mi vida básicamente, mudarme cada vez que mi mama rompía con el novio de turno, ella decía que debía cambiar de aire para no sufrir. Lo que claramente le duraba muy poco porque a los meses ya estaba saliendo con otro hombre.  La cantidad de casas en las que viví son proporcionales a la cantidad de novios que mi vieja tuvo.  A los 10 años, cuando uno de ellos se emborracho y me quiso vender a un viejo asqueroso, les agarre cierto asco a los hombre, no lo podría calificar con una palabra, solo es miedo, dolor, angustia, recuerdos de un pasado que me traumo, tal vez solo sea miedo a ser lastimada.
Mucha plata, mucho lujo, muchas cosas que nunca tuve y que tampoco voy a tener. Eso era lo que definía perfecta mente la casa en la que estaba “hospedándome” ahora. Odiaba profunda mente no tener un lugar fijo donde vivir, donde poder ser yo y estar tranquila. Estaba cansada de que cada vez que mama rompía con su novio terminábamos en la casa de la abuela, no es nada en contra de ella, pero la verdad que tejer y hablar de cuando ella le ayudaba en la granja a su padre, no es divertido.  Mire la habitación que me rodeaba, cuatro paredes totalmente blancas, muebles de madera, una cama, un ropero, una cómoda, un ventanal gigante que daba a un balcón el cual tenía una vista impresionante del gran viñedo que tenia Mariano, el actual de mama, y que dejaba una vista perfecta de la gran pileta que tenía en su gran patio, porque así era todo, grande, exuberante, intimidan te, ostentoso.  Deje la valija alado de la cómoda y me acerque al ventanal, una hermosa vista que tal vez sea lo mejor de habernos mudado ahí, daba paz, le daba un toque armonioso a la habitación y eso me encantaba. Mire las sabanas que había arriba de la cama y me dispuse a hacerla. Estaba tendiendo la sabana cuando alguien abre la puerta y se mete en la habitación.
        
        - No hay necesidad de que la hagas vos, para eso tenemos mucamas –sonrio sofisticada mente y yo suspire-
        - Mama por favor, no te hagas la dama, la mujer francesa que usa perfumes caros y anda con tacos hasta para hacer gimnasia- la mire pidiéndole un poco de dignidad- La dignidad es lo único que te acompaña toda la vida, no la pierdas por parecer algo que no sos, por querer impresionar a alguien que no te quiere como sos.
        - Hija no exageres, disfruta los lujos que tu mama te consigue.
        - Yo no quiero lujos –me senté en la cama y la mire- quiero que vos estés bien, te sientas bien, que podamos ser una familia normal, llevando una vida normal –mi mama me miro y se rió- ¿Pido mucho no es cierto?
        - Hija, nosotras nunca vamos a ser una familia normal, para ser una familia hay que ser mínimo 3 y nosotras somos dos. Hay que adaptarse a lo que la vida nos deparo. –me acaricio la cabeza despeinándome- Divertirte, Salí, toma sol. Creo que marian tiene una hija con la que podes pasar tiempo, hasta capas que podes conseguir que te de un par de tips de cómo ser mas femenina –me miro de arriba abajo; Ahí iba otra vez, se que no lo hacia de mala, siempre había sido así, su sinceridad era una de las principales causas por las que se separaba- Y también podrían hacer gimnasia, acodarte –se miro en el espejo que estaba puesto en la puerta del placar- Para triunfar hay que tener las tres C “Cuerpo, Carácter y…” –
       - Confianza – Termine por ella- Si mama ya lose, me lo decís siempre.
       - Para que no te olvides amor. Bueno me voy a dar un baño, suerte. –Me sonrió y desapareció por la puerta-

Cuando la puerta se cerró me levante y me mire en el espejo, en el que hace minutos mi mama repetía las tres C que tiene que tener una mujer para triunfar, no confiaba en eso, mi mama teniéndolas, muy bien no le iba. Pero claro está que yo no tenía ninguna de ellas, probable mente yo tenía las dos P “Petiza y Patética” nunca iba a ser lo que mi mama me pedía. Mire mi reflejo en el espejo y toque mi abdomen, suspire angustiada, a veces me gustaría ser vampiro ellos no tienen reflejo, me ahorraría mucho sufrimiento, muchas horas de auto con vencimiento y tal vez el dejar de usar pulseras.  

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Primer cap de la novela. Soy nueva en esto asi que acepto criticas constructivas. Aviso que voy a tocar un tema un toque delicado, no quiero ofender a nadie, todo va con respeto y lo ultimo que quiero hacer es ofender a las personas que padecen de esto 
si quieren que les avise o algo mi twitter es @myheartlanzani

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